Tal vez, como siempre, llego tarde; esta vez a la celebración del centenario del nacimiento de José Revueltas, cuya literatura va más allá de la simple narrativa y nos da una disección del alma de diversas personas, que no personajes, porque tengo la impresión de que cada una de las voces que leemos en Revueltas es una vida en acción.
Más allá de una estética, hay también una mística literaria o una literatura mistica, si se me permite. Es decir, lo escrito por Revueltas nos da la posibilidad de comunicarnos con el sentir de otras personas, cuyas vivencias están plasmadas en el lenguaje escrito, vivencias con todo y sus dolores, con todos sus humores, con todo lo que implica vivir. Hay una escritura de la que habría que derivar una cábala de la existencia. Tan es así que no puedo abundar al respecto, tal como ocurre con la imposibilidad de comunicar la experiencia mística.
En la narrativa de Revueltas hablan los que generalmente no son escuchados. Por eso yo digo que José, si se me permite la confianza, no era político, no era escritor, era mucho más: era solidario, compasivo, un extraordinario individuo en colectivo.
Casimiro Femat
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